Noviembre 2011
Estimados hermanas y hermanos en Rotary:
En 1885, el Times londinense publicó una serie de editoriales alusivos a Sir Moses Montefiore, financista y filántropo británico que cumplía cien años. En estos editoriales se hablaba de su honradez, su generosidad y su disposición de ayuda a los necesitados.
En cierta ocasión le preguntaron a Sr. Moses, uno de los hombres más acaudalados del mundo, a cuánto ascendía su fortuna, y la cifra que indicó resultó mucho más baja de la que esperaba su interrogador, quien se lo hizo notar. Sir Moses sonrió, hizo una pausa y le dijo: “Joven, usted no me preguntó cuánto dinero tengo sino a cuánto asciende mi fortuna. Yo calculé cuánto dinero había donado a obras filantrópicas este año, y esa fue la cifra que le indiqué. El valor de nuestra fortuna es lo que estamos dispuestos a compartir con los demás”.
Ser rotario significa valorar nuestros recursos de manera diferente. Tenemos que hacer el bien al máximo con los recursos que tengamos. ¿Cuál es la opción que más nos enriquecerá desde el punto de vista humano?
En Rotary, somos muy conscientes de las carencias que se sufren en el mundo, y todos sabemos cómo podemos ayudar a través de La Fundación Rotaria. Podemos cambiarle la vida a la gente, devolverles la esperanza y construir su futuro. Basta con que así lo decidamos.
En la vida todo es cuestión de elegir. Podemos cerrar los ojos a los problemas de los demás y guardar para nosotros mismos todo lo que tengamos. Pero también podemos ver más allá de la distancia, el color de la piel, el idioma y la cultura, y descubrir que en todas partes la gente es igual que nosotros. Y es entonces que les podemos tender una mano amiga .
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